20 de septiembre de 2011

Ohne Dich

Si tanto lo juras y lo gritas a los cuatro vientos y lo sufres, piensa un poco en su situación.

Empezó una nueva etapa de su vida con ilusión, con ganas de pasar página, y te vio como la candidata perfecta. Luchó por intentar algo, se enfrentó a su pasado, sufrió durante una temporada pero luego te acogió para que ambos tuvierais lo que más anhelabais. Ese amor correspondido y fuerte.
Pero las cosas no podían durar para siempre. De repente se encontró lleno de dudas, te veía lejos, como en otra dimensión... y ese amor empezó a desaparecer. A ver, es normal. Duró lo que tuvo durar y lo aprovechasteis al máximo.
¿Y ahora qué? Se siente como un ser despreciable por tu culpa. No fue fácil para él decirte que la cosa no iba bien, ya que sabía que no lo aceptarías y lo pasarías mal. Incluso quiso despedirse de ti, en condiciones, cara a cara, como un valiente, viendo cómo te hundías por su culpa. Eso tiene que sentar como una patada en el culo. Pero una cosa es que lo pases mal, y otra es que le repases por la cara que te pasas días enteros llorando y que es un cabrón por no quererte cuando se preocupa por ti. Esto del amor no se elige, y lo sabes demasiado bien, pero claro, visto desde otro punto de vista, como que jode más. Pues basta ya. Siempre predicas que esta relación te está ayudando a madurar. Pues que se note, coño. Que se note que te ha enseñado a aceptar la vida tal y como es y no encerrarte en tu pozo, que es lo que has hecho siempre. Él ya pasó por una putada similar, y tú no eres como la otra. Tú vales más que ella. Tú sabes perdonarle. No puedes darle la espalda. Demuestra que eres una valiente, que lo superas y que puedes volver a hablar con él sin reprocharle nada, acordarte de vuestra relación y sonreír por haberlo vivido. Que las batallas se pierden y hay que asumirlo y no tirarte toda la vida gastando balas, si realmente ya se ha acabado.

Pues eso. Que si tanto le quieres, piensa en su felicidad. Y aunque no puedas darle la felicidad que tú querrías, dale la que él quiere: que lo superes, dejes de marearle y consigas que ambos seáis felices, al menos en un aspecto de la vida.




No os preocupéis! Es otra de mis neuras bipolares. Mañana volveré a maldecirle y a estar depresiva. Promise.]

No hay comentarios:

Publicar un comentario