22 de abril de 2012

fuck this shit

- Coño - se enfadó Sara - tú tienes hijos cojonudos, quieres a tu mujer y pronto tendrás nietos.
- Vaya cuadro. ¿A eso le llamas tú felicidad? Eso es conformismo. Aceptar la puta mierda que te tienes que comer todos los días y decir que es una comida excelente. A lo mejor es lo que hay que hacer.
Había anochecido cuando llegaron a casa de la abuela. El padre detuvo el coche junto al portal, sin apagar el motor. Sara trataba de convencerlo. Insistía una y otra vez sobre lo imprevisible del vivir. El padre ya apenas la oía.
- Tú tienes más suerte que otros - terminó Sara -, así que no te quejes.
- Vaya - se rió el padre - O sea, que hay uno que está fatal, pero como hay otro que está peor, el que está fatal tiene que decir que está de puta madre... La felicidad por comparación. ¡Joder! ¿Lo ves? Hacía siglos que no hablaba tan mal.
El padre se volvió hacia ella. Se miraron cruzando una sonrisa.
- Provocas mi más bajos instintos juveniles - añadió el padre.
- Yo ya sé tu problema - le desafió Sara -. ¿Cuánto llevas sin estar enamorado, vejestorio?
El padre le sostuvo la mirada.
- Llevaba un montón de tiempo... hasta hace cinco minutos.