29 de noviembre de 2011

desbancando mru

Sí, la vida es una locura. Pero pretender que la vida en sí no cambie es una locura todavía mayor. Es como intentar frenar un átomo. Estamos en constante movimiento. Es imposible. Y precisamente así pudimos evolucionar: por los cambios buenos y por los cambios malos.


Que sí, que a veces piensas me arrepiento muchísimo de haberme arriesgado pero nunca será del todo cierto. Que sí, que ahora te duele recordar, pero... ¿es que acaso no valía la pena en su momento? ¿Y ese cosquilleo y esa ilusión con el que sobrevivías a las demás torturas? ¿No recuerdas esos días en los que llegabas cansada a casa, como hoy, y de repente una simple llamada de teléfono te devolvía la energía? Diciendo que no querrías que nunca hubiera pasado todo eso significa que desprecias todo lo que tiene que ver con ello. Estoy muy segura que nunca has pensado nada malo de las partes buenas. Aunque ahora duelan, si en su momento te los hubieran intentado quitar hubieras matado a quien fuera. Pues no lo desprecies, por favor.


Dicho esto, haz algo con tu vida, pero algo que sepas que sí sirva.
No intentes frenar un átomo sabiendo que no lo vas a conseguir. No desmontes la física que tanto te gusta. El movimiento es uniforme, sea rectilíneo, circular o caótico. Fin.

19 de noviembre de 2011

gtfo

No puedo juzgarle. Entiendo sus reproches. Que no lo hiciera aposta pero una sensación extraña se apoderara de su cuerpo. Que debería alegrarse, que le diera esperanza para aplicarse el cuento. Que le preocupara el hecho de que no le alegrara la felicidad ajena. Sí.


Igual que una asíntota. Extendiéndome infinitamente.
Esa impotencia al pensar que tú eres el único que se queda estancado, que no sigue adelante.
Suerte que Darwin y yo no coincidimos en esta vida... Su teoría de la evolución se hubiera caído a trozos con mi banal presencia.

8 de noviembre de 2011

randomness indafeis

Y ya van cinco. De desolación.
Y fueron cuatro. De felicidad absoluta.


Ahora que de verdad lo malo gana a lo bueno... ¿No crees que deberías hacer un pensamiento?


Aunque ahora lo veas todo negro, mira atrás y piensa en lo feliz que fuiste. Vale la pena sólo por el hecho de haberlo vivido.
Y UNA MIERDA. Ahora a ver cómo supero esto.
Un clavo saca a otro clavo.
Y UNA MIERDA. Un clavo que se irá y tendrás que buscar a otro que también se esfumará y otro, y otro, y otro...


Me voy a buscar unos electrodos para resetear la mente y aprender a controlar los sentimientos. Anhelo volverme vacía, así no tendría una carga interior que me apuñala día sí y día también. Al saber que él sonríe y tú ya no eres la causante. Al tener un nudo en la garganta que te aplasta, te impide respirar, te hace llorar porque has dejado escapar aquello que te hacía feliz. Sentirte una inútil por haber sido utilizada.


Quiero olvidarme de su cara, de su olor, de sus bromas, del tacto de su piel contra la mía, de sus palabras, gestos, besos, del cosquilleo en las piernas, de la ilusión y esperanza. De todo aquello que es demasiado grande como para expresar con simples palabras. Todas esas sensaciones que están recluidas dentro de mi cuerpo y no tienen ganas de salir. De todo aquello que a veces me sorprendo de haber vivido.


Y pensar que todos los días que le veía relucía un sol traidor que ahora me mira con superioridad. Todos los días soleados, excepto hace cinco meses exactos, donde la lluvia competía con mis lágrimas.


Basta. Ahora sí que lo he intentado con todas mis fuerzas. Y me están intentando ayudar. Y quiero salir de este pozo. Y no encuentro ninguna cuerda. Sólo quiero destruir esta estrecha cárcel y salir corriendo.


Pero los recuerdos siempre acaban alcanzándome.

5 de noviembre de 2011

lógica

Él es perfecto. La perfección es inalcanzable.
Por tanto, él es inalcanzable.


Aunque la primera primera premisa no sea cierta, créetela sólo para aplicarte la conclusión final. A ver si con la lógica aplastante se consigue algo más que con poner la mente en blanco un ratito.

3 de noviembre de 2011

el tratamiento definitivo

Oh, mierda. He perdido el papel de las advertencias. Bleh, no será para tanto.
[1]. Si el experimento funciona, puede provocar un exceso de confianza propia. Tenga cuidado, ya que eso puede difuminar su visión de la realidad. No hay que creer que se ha ganado la guerra en la primera batalla, que todavía queda mucho camino por recorrer...
[2]. Hay que resetear ciertos contenidos y recuerdos para que el tratamiento funcione, pero déjese siempre alguna referencia escondida por alguna parte; borrarlos por completo es malo, podrían aparecer cuando menos se lo espere y quizá la sorpresa le abrume y no esté preparado para enfrentearse a ello en frío.
[3]. Si el experimento falla, hay que tener un plan B, otra red para evitar que se propague. Si no lo tiene o éste también falla, sólo queda una solución posible, sencilla, aunque no es 100% fiable.
[4]. Complementa al enunciado 1. La pequeña victoria puede crear una falso triunfo y eso provoca un descontrol en el experimento, lo cual es exponencialmente peligroso. Y podría notar como, una vez más, las esperanzas se desvanecen como lágrimas en la sopa entre un millar más de síntomas y sentimientos (todos negativos, por supuesto). Para la solución hay que remitirse al enunciado 3.
MUY IMPORTANTE. Observará que aparece un fragmento suelto. Por favor, no tire de él durante el tratamiento. Sólo hágalo cuando esté seguro de que lo ha superado y quiera desprenderse de dicho objeto. Hacerlo antes puede sumergirle en un agujero negro de autodestrucción.
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Por fin la he terminado.

Estoy realmente orgullosa de mi creación. No la he dejado a medias, no me he rendido; he dedicado todo mi tiempo, mi dinero (para el material) y mis ansias de superación. Ahora la tengo, frente a mí, pero todavía me queda probarla. Vamos allá.

Tengo que reconocer que me cuesta lanzarme a la piscina - más de lo normal -, y si esto falla, ya se me han agotado todas las soluciones posibles. Es la hora de la verdad.

Y Pim pam. Hecho. Mejor dicho, hablado. Y después de cuatro trivialidades y cinco palabras mal escritas con el causante de mis desdichas, me dedico a observar mi salud física. Manos no más temblorosas de lo normal, cerebro no atrofiado, respiración pausada, piernas un poco dormidas y el corazón...

Vaya, que no me puedo quejar. En absoluto. He superado la prueba mejor de lo que pensaba. Una chispa acaba de nacer dentro de mí y tiene pinta de querer expandirse. 

Ahora miro mi creación. Incluso me atrevo a sonreír un poco.Esa pseudotela de araña que he construido para retener los malos pensamientos funciona. Está encima de mi cabeza, protegiéndome de todo agente exterior que pueda perturbarme. De esta forma, los buenos pensamientos predominan y acabaré siendo la de siempre. Y sí, de momento funciona. No he notado absolutamente nada y estoy tranquila. Oh sí. Esto va a funcionar.

Mi vista se fija en un hilo que cuelga. Bah. Ya lo cortaré en otro momento. Ahora estoy demasiado ocupada celebrando mi primer triunfo [1].



Es gracioso verse a uno mismo en el pasado. Cómo cambia la forma de pensar... Sí, en serio, es divertido creer que una cosa va bien y que ahora ya haya perdido toda la validez. Y podría poner millones de ejemplos sobre esto, pero mejor lo dejo estar. Hoy me he prometido dejar de sentir nada por nadie, y de forma defintiva; así no me llevaré estas desilusiones.

¿Que por qué? Muy sencillo. Mi tela de araña ha funcionado bastante bien hasta que he tenido un pequeño fallo técnico. Ese puto hilo suelto que parecía la cosa más inútil del mundo ha sido el causante. El teléfono ha sonado y el número que aparecía en la pantalla no me sonaba de nada; al menos, a primera vista [2]. He descolgado y una voz familiar me ha atacado. Y cuando he querido darme cuenta... ya está. Pim pam. Y todo ha pasado muy rápido... el corazón se ha acelerado, las piernas han empezado a temblar, y eso ha activado como una especie de mecanismo. La tela ha empezado a moverse descontroladamente y por inercia y estúpidamente he tirado del hilo, pensando que todo se calmaría. Craso error. La tela se ha desvanecido. He notado un enorme peso encima de mi cuerpo.

Y viene oscuridad. Esa voz que me ha hablado durante un minuto si cabe... recuerdo cuando me susurraba al oído y me dejaba llevar. Recuerdo el tacto de su mano como si ahora mismo la estuviera agarrando. Recuerdo los minutos muertos en los que sólo nos mirábamos. Recuerdo la felicidad retenida en mi interior que luchaba por salir.Y ahora escucho esa risa que le ha dedicado hace unos minutos. No lo entiendo. ¿Qué acaba de pasar?

Ah, sí. Que la tela se ha roto. Y todos los malos pensamientos que ha soportado durante este tiempo han caído sobre mí. Todos de golpe. De repente. Y me ahogan. [3] Y me ha hecho ver que no, la tela no ha servido. En realidad sigo estando igual, pero me he creado una falsa ilusión que incluso parecía real. Me ha dado esperanzas durante todo este tiempo [4]. Pero, como siempre, yo sigo encerrada y él ha llegado muy arriba.

Pues ya sé lo que toca. Ahora nada de crear falsas barreras que te aíslan, barreras que no son invencibles y cuando caen, atacan con más fuerza que nunca. Sí. Vivir con un robot me sentará de perlas. No hay nada que te motive pero tampoco hay nada que te desilusione. ¿Cómo se le llama a eso? Ah, sí. Conformismo

Mierda, no debería haber perdido la hoja de advertencias.