31 de diciembre de 2011

Weltschmerz

Y una vez más, unas cuantas palabras colocadas estratégicamente hacen que cambie de planes.

Parece que cada 31 de diciembre está destinado a mirar atrás, a hacer balance, a hacer propósitos.
Siguiendo esa línea, tenía la intención de resumir algo de cada mes, quedarme con alguna conclusión, fuera buena o mala.

Pero... ¿realmente serviría de algo? Para nada. Igual que este texto, que se va a quedar creando polvo, escondido, banal, sin nada que aportar.

Simplemente comentar que odio la subjetividad. Me da mucha rabia que algo importante para algunas personas sea insignificante para otras. Pero no me refiero a cualquier cosa en general, sino a las relaciones amorosas. Bueno, precisamente por la carencia de objetividad se rompen... Y es algo que me supera. No me puedo creer que casi siete meses después intente ser neutral, decir que ha sido un buen año, con sus cosas buenas y malas, y que ahora toca aprender a no ser tan ilusa blablablabla

Pues estoy harta. Pensaba que yo también había marcado huella (no de la misma forma, claro está, porque no hubiéramos llegado a este extremo) y, por lo visto, no. Fue una prueba que no he superado, así que borrado. A veces se recuerda porque aparezco yo misma fugazmente. ah sí, es verdad. Pero ya está. 

Así se obtienen estos resultados prometedores:
wow, me has dejado sin palabras... pero gracias, tú también me has hecho pasar buenos momentos aunque al final la cosa no pudo ser. Sólo te digo que a ver si el karma te trata mejor esta vez, eh, que te lo mereces, claro que sí.
¿Y qué esperaba?

Pues sabes qué te digo... que yo estoy orgullosa de este año, de todo lo que he sentido. Aunque claramente no he estado a la altura. Al menos he salido del pozo. Sí, para caer en otro. Renovarse o morir. Y me gusta el nuevo modelo de pozo que tengo. Es cómodo. Dudo que vaya a salir de aquí.

Y creo que no manifestar toda mi rabia abiertamente y desear a las personas que han formado una parte muy importante de mi vida este 2011 (aunque también han sido las que me han dejado así) que les vaya bien porque, de verdad, que yo no lo acepte es culpa mía. Eso sí, no puedo evitar seguir muriéndome de la rabia y echar de menos todo eso.

Echar de menos charlas, hacer tonterías por el skype, mantenerme viva deseando que llegue el fin de semana, suplir la rutina mediante llamadas de teléfono por la noche, abrazos reconfortantes, pasear por Tallers, reírme de la vida y de todo debajo del Arco de Triunfo, madrugones con muy buena recompensa, viajes largos llenos de vergüenza, vivir al límite en todos los sentidos, ser completamente feliz....
Ups. Mierda, ya he caído en el tópico.

(aunque echaba de menos no ser capaz de superar adversidades. Gracias por abrirme los ojos. Créeme, después de esto nunca más volveré a caer porque me has inutilizado para el resto de mi vida. Bien mirado... es un buen mecanismo de defensa.)

Pues eso. Otra vez palabras colocadas a mala gana, pero ya me estoy acostumbrando a esto. 
2012 te espero con ganas. Aunque, sinceramente, no creo que me vayas a cambiar. Esta vez, porque yo no quiero. Sólo espero que me pongas las cosas un poco más fáciles, si no es mucho pedir. 

Y ya está. Y esa es la noticia.
Que te echo de menos y punto. Que me siento fatal por no haber significado nada para ti pero... soy gilipollas.

28 de diciembre de 2011

Qué pasa cuando suspendes un examen más

24 de diciembre de 2010
+ ¡Feliz Navidad! :)
- Hombre, ¡cuánto tiempo! ¿Qué es de tu vida? Y Feliz Navidad para ti también :D


24 de diciembre de 2011
+ Feliz Navidad :)
- ...(sí, una muy buena Feliz Navidad)




Cada día que pasa lo odio más. Los segundos se van escapando y no hay forma de recuperar la inocencia de aquellos días. 


Ahora parece un recuerdo borroso y lejano. Esa sensación que te viene al acordarte de repente de un sueño. Aquel vestigio de haberlo vivido.
Pero nada más.


Todo está vacío.
Y sólo han pasado 365 días. 


Si me hubieran avisado con antelación que aquella primera conversación desinteresada hubiera desatado tal caos...
Habría caído de todas formas. 


Eran demasiadas sensaciones que experimentar.
Era entender, por fin, el significado completo de la palabra felicidad.


Y más tarde, entender el significado completo de las palabras impotencia, desolación, frustración, desconfianza, autodestrucción, hundimiento.
E incluso aprender a odiar.


Pero sobretodo, aprender a querer como nunca. Ese amor que no se supera. Que pareces llevarlo mejor, pero sigue ahí. Que no sangra, pero duele más que cualquier daño físico. Que te arranca la esperanza día a día. Y bla bla bla. Total, que te anula por completo - véase otros aspectos de la vida que no funcionan, como por ejemplo suspender un examen tras otro por falta de confianza y presión ejercida, no poder soportar según qué cosas y olvidar que tus padres, por mucho que se griten, intentan ayudarte - hasta que aparezca otro. Muy bien. Pero sólo te hará olvidar lo mal que lo pasaste. Incluso te hará creer que le quieres. Y a veces funciona, a veces vives en la inopia y durante el resto de tu vida no te das de que, cariño, esas cosas siempre nos persiguen y nunca se supera. Y ya está.


Pero la vida sigue. Es eso que pasa entre un poco de alegría y una tristeza suprema.
Debo agradecer que mi corazón siga latiendo, mis pulmones respirando, mi cerebro trabajando y etc. Pero no puedo evitar sentir impotencia y echarle de menos y tener ganas de hablar con él.


Y se acabó. Que life goes on, coño.


(quien piense que necesito un psicólogo anda muy equivocado. No funcionan.)

20 de diciembre de 2011

Verdades inevitables

Lo sabía. Y el día que se enteró, mientras se liaba a patadas con los muebles de su habitación dejándose llevar por la más pura de las rabias, se preguntó cómo es posible que duela tanto algo que tienes la certeza de que va a ocurrir. Cómo es posible que cuando llega el momento, la noticia te noquee de tal manera que te marees y tengas ganas de vomitar. Cómo es posible que duela tanto...

11 de diciembre de 2011

hipócrita hipocresía

Vale, no te asustes, es que anoche tuve la gran reflexión...

Es para que te quedes más tranquilo (si es un problema que te quita el sueño o, como mínimo, que a veces te asalta un pelín), ya que pasó lo que pasó y yo me he cerrado en banda de golpe y blablabla... Pues resulta que la menda por fin ha entendido que esta situación no es culpa de nadie (qué quieres, yo lo entendía así por la frustración que me producía pensar que no llegaba a entender del todo la situación), ya que al principio pensé que era tuya, pero eso duró poco y he estado demasiado tiempo echándomela a mí. Ahora he entendido realmente que la culpa no es de nadie, en todo caso del tiempo, aunque tampoco es un culpable definitivo. Ahora entiendo que lo nuestro surgió con muchas expectativas que el tiempo demostró que no eran tan buenas como nosotras las veíamos. Y yo podría haberme pasado muchísimo más tiempo con la venda puesta, pero tú no. Así que hiciste lo que tenías que hacer, la única pega es que lo hiciste con una persona que ya había pensado mucho más allá y fue frenada de golpe. Eso es todo. Y unos seis meses me ha costado llegar a esta conclusión pero me siento un poco mejor, ya que no me siento culpable por sentir que estropeé algo; simplemente se descubrió algo que parecía muy bonito y perfecto pero que no lo era tanto; más bien era insalvable. En realidad no era todo como yo pensaba, simplemente yo quise verlo así. Y pasó y como significas(te) tanto para mí me parecía abstracto dejarte escapar de mi vida, pero son cosas que ocurren y hay que afrontarlas tarde o temprano.

Si todo esto está claro ¿ahora cuál es problema, entonces? Todavía tengo un punto débil. Aunque sé que nada de esto volverá a pasar, no puedo evitar quedarme refugiada en el pasado, recordar cosas y ponerme triste porque ya no están (aunque tenga muy asumido todo lo que te he dicho antes). Un clavo salta a otro clavo, dicen por ahí, pero no me funciona del todo y lo tengo comprobado, ya que en cuanto un chico se me acerca a decirme algo me siento muy amenazada y le hago sentir mal inconscientemente. Y yo soy la primera que quiere superar esto y dejar tranquilo a todo el mundo que me rodea (y sobretodo a ti), pero ese punto todavía no lo acabo de dominar del todo (en una ocasión sí que me sentí bien con un chico pero fue más abstracto que otra cosa), pero bueno, esto es cosa mía y tiempo al tiempo.

Pues eso, que no te asustes. Sólo te escribo esto para informarte de cómo van mis paranoias y darte una pequeña alegría, si se le puede llamar así, por el paso que he dado (ahora es cuando me dices que pensabas que este paso ya lo había dado, que ya había asumido todas esas cosas, y me quiero morir de la vergüenza) y porque quizá, dentro de poco tiempo, vuelvo a aparecer de nuevo en tu vida para darte la lata y pedirte perdón por lo mal que te habré hecho sentir por mis reacciones irracionales.
______________________________________________________________________

Es que no suena creíble ni vía ordenador. Es que ni con las barreras puestas es viable.
Bueno, yo aquí lo dejo, escondido bajo llave, y espero poder sentir todo esto de verdad, dentro de poco.

ajajajajaja.
Risa histérica.
Risa hipócrita.
Irónico que odie la hipocresía y la mayoría de mi vida ha girado en torno a ella.
Y sigue....
Escribir esto después de una de mis peores crisis. Como si fuera a creérmelo.
Después de llorar, patalear, gritar, lesionarme, notar cómo se me desgarra el alma, repetirme que nunca voy a seguir adelante, afectar a agentes externos, sentirme vacía, repetir que nada cambiará, ver que saco a la gente de mi vida.

Después de todo eso y mucho más, me esfuerzo en proporcionar tranquilidad a los demás.
¿Y yo qué?
Yo dejé de existir como yo misma hace mucho tiempo.
Yo ya no soy yo.
Yo soy una marioneta guiada por los sentimientos. Perdón, por la carencia de sentimientos.
Pero eso no quita que sea una hipócrita.

1 de diciembre de 2011

maldito reloj biológico

Abro los ojos y el primer pensamiento que se me pasa por la cabeza es: Estoy pasando de ir a clase una vez más. Pero una mano encima de mi cintura me impide levantarme y, ya de paso, sentirme culpable. Cuando consigo girarme una sonrisa deslumbrante me recibe. Sonrisa que choca contra mis labios. Así da gloria despertar.


Un sobresalto.


Ahora sí que me he despertado de verdad. Toco la superficie de la cama. Fría y vacía. Para variar.
Me da por mirar la hora. Pero no me fijo en ella precisamente.
1 de diciembre.


Uno. Uno. Uno. Uno. 
Uno.
Uno.
Uno. 
Uno.
Uno.
Uno...




Calles grises se abalanzan sobre mí. La lluvia explica parte de mis temblores. La frustración explica la otra parte. Ahí la tienes, invisible pero omnipresente. Los pies viven encharcados bajo mis bambas de tela. Mis pensamientos siguen fijados en la misma pregunta, en la misma sonrisa, en la misma ilusión. Y una única respuesta: Nunca lo entenderás. Nunca lo entenderás y asume que vivirás sin saberlo. No puedo. Echo a correr mientras inconsciencia me pega en la cabeza. De repente, riesgo me hace la zancadilla y caigo al suelo estrepitosamente. Y no pienso levantarme. Sé que no voy a ninguna parte con todo esto. Esperaré a que pare de llover, aunque de momento las nubes están muy negras...



If you ever leave me, baby,
Leave some morphine at my door
‘Cause it would take a whole lot of medication
To realize what we used to have,
We don’t have it anymore.