29 de noviembre de 2011

desbancando mru

Sí, la vida es una locura. Pero pretender que la vida en sí no cambie es una locura todavía mayor. Es como intentar frenar un átomo. Estamos en constante movimiento. Es imposible. Y precisamente así pudimos evolucionar: por los cambios buenos y por los cambios malos.


Que sí, que a veces piensas me arrepiento muchísimo de haberme arriesgado pero nunca será del todo cierto. Que sí, que ahora te duele recordar, pero... ¿es que acaso no valía la pena en su momento? ¿Y ese cosquilleo y esa ilusión con el que sobrevivías a las demás torturas? ¿No recuerdas esos días en los que llegabas cansada a casa, como hoy, y de repente una simple llamada de teléfono te devolvía la energía? Diciendo que no querrías que nunca hubiera pasado todo eso significa que desprecias todo lo que tiene que ver con ello. Estoy muy segura que nunca has pensado nada malo de las partes buenas. Aunque ahora duelan, si en su momento te los hubieran intentado quitar hubieras matado a quien fuera. Pues no lo desprecies, por favor.


Dicho esto, haz algo con tu vida, pero algo que sepas que sí sirva.
No intentes frenar un átomo sabiendo que no lo vas a conseguir. No desmontes la física que tanto te gusta. El movimiento es uniforme, sea rectilíneo, circular o caótico. Fin.

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