16 de julio de 2011

Concienciación

El sonido del despertador te atraviesa la cabeza. Con una convulsión te incorporas en la cama y paras la musiquita infernal. Te quedas tres segundos en trance y enciendes la luz de la habitación, arrepintiéndote al instante de ese acto. Cada día con peor despertar. Con un gruñido te pones las zapatillas y arrastras los pies hasta el lavabo, dispuesta a espabilarte un poco. Al mirar el espejo, casi se te sale el corazón por la boca.

El espejo apenas muestra tu imagen, ya que está pintado. Contiene por toda su superficie un seguido de expresiones. Ah, ya lo habías olvidado. La noche anterior, en un ataque fruto de la desesperación, decidiste que debías hacer algo con tu vida. Algo que te hiciera salir de ese agujero negro. Algo que te hiciera olvidar...


Estabas tumbada en la cama. Entre las lágrimas que no paraban de caer vislumbraste la pared de tu habitación. Llena de fórmulas de biofísica y dibujos incomprensibles a primera vista. ¿El motivo de aquello? Los exámenes son complejos y como último recurso para memorizarlo todo decidiste tomar otras medidas; la parte teórica tocaba aprendértela sí o sí, pero en la parte práctica sólo necesitabas saber las fórmulas y creíste que colgándolas en la pared y el hecho de verlas cuando entrabas y salías del cuarto podía conseguir que se te quedaran en la mente. Y así pasó: aprobaste por los pelos el examen teórico pero en la parte práctica te luciste sacando un increíble 7'9. 


La insistencia de verlas día tras día ganó a la obligación de aprendértelas sí o sí. Como ése método funcionó, aplicaste la lógica aplastante: "si ha funcionado en la física, ¿por qué no puede funcionar en los demás aspectos?"


Por este mismo motivo te encuentras delante de tus narices frases tales como: No peor ciego que el que no quiere ver; al mal tiempo, buena cara; sal del pozo; lo hecho, hecho está; EVOLUCIONA; el miedo no te deja ver las señales del camino; lo que no te mata, te hace más fuerte; no vuelvas a tropezar con la misma piedra".

Pasan los minutos. Te quedas petrificada delante del espejo. Él siempre ha sido uno de tus peores enemigos. ¿Por qué le llamas enemigo? Es el único que te enseña de forma objetiva. Tal y como eres. Incluso te ha hecho ver más allá.
Primero de todo te muestra un tono pálido en las mejillas, unas ojeras fruto de demasiadas horas dando vueltas en la cama y unos pómulos hundidos porque empieza a desaparecer la bola adiposa (sí, aquella que está entre dos músculos que recuerdas sus nombres y sus inserciones pero no vas a mencionar porque ya tocará hacerlo el año que viene). La mirada baja y tus propias clavículas casi te sacan un ojo. Llegas hasta las costillas; si te giraras un poco, podrías contártelas todas. Siempre has tenido esta complexión pero últimamente das demasiado miedo. Te está pasando factura en todos los sentidos. Y aquí ya entras en tu propio universo, donde todo es tan complejo y utópico...
Le odias. Odias al espejo. Odias a tu imagen. Desde siempre. Siempre te has metido en la ducha dándole la espalda, una espalda que no te gustaría ver.

Esta vez, no te muestra nada de eso. Esta vez has obligado al espejo a que no te deprima más. Quieres pasar página y él es el único que puede ayudarte. Y pasan los días, la tinta empieza a correrse, a evaporarse, a deslizar por el cristal. Hasta que llega un día en el que no puedes leer absolutamente nada de lo que estaba escrito. Ahora el espejo está completamente negro.

Sueltas una amarga carcajada; total, aunque esas palabras se hubieran quedado impregnadas en el espejo, nunca hubieran llegado dentro de ti. Quieres cambiar pero no encuentras la predisposición necesaria para hacerlo. Nunca das el primer paso. El espejo era el único que podía ayudarte regalándote esas palabras de superación día sí y día también. Como no han hecho efecto, ya se ha cansado.

Definitivamente, podrás quejarte de que estás muy mal pero tampoco haces nada por evitarlo. Necesitas... terapia de choque.

1 comentario:

  1. Hostie, eso de llenar la pared y el espejo de formulas y demases no se me habría ocurrido en la vida *____*
    Sabes? Yo te miro y me gusta lo que veo, en todos los sentidos. (Aunque ya sé que eso no va a hacer que nada en ti cambie, peeeero TQD)

    ResponderEliminar