27 de agosto de 2012

aparentar VS sentir

Pasen y vean, no se corten, ¡soy una humana sin corazón! ¡A mí no me afectan los sentimientos! ¡Soy incapaz de enamorarme, y tampoco lo echo de menos! ¡Me río de la gente que se deja manipular y se atonta por otra sólo por el simple hecho de que está enamorado! 

Pero cada noche me transformo, saco ese corazón maltrecho de debajo de la cama, me lo conecto una vez más y anhelo con todas mis fuerzas que llegue alguien e impida que me lo quite, alguien por quien vuelva a cometer locuras. Que sea la persona adecuada. Alguien que sea capaz de volver a enamorarme. Seas quien seas, llevo enviándote señales - desde mi subconsciente, no es que yo lo haga queriendo - desde hace tiempo. No las ignores, por favor. No me hagas daño, no hagas como los demás. Aparece. Necesito volver a saber lo que es el amor; de lo contrario, me volveré loca. Y sí, no te preocupes, conozco de sobras todas sus consecuencias; me atrevería a decir que conozco las malas mejor que las buenas. ¿Que por qué lo quiero otra vez..? Porque las buenas no superarán a las malas en cuanto a cantidad, pero sí que las superan en cuanto a calidad. Esa sonrisilla idiota, esa pesadez en la barriga, ese nudo en la garganta, esas ganas de llorar de alegría, esa sensación que crees que vas a explotar de felicidad en cualquier momento, esas ganas de perderme en su mirada superan a los meses de lamentos, lloros, súplicas y ese eterno etc que no tengo ganas de enumerar.

¿Te ha quedado claro? Aparece ya... si no es molestia, claro.
Me gustaría ver, durante unos segundos, esa sonrisa por la cual sería capaz de darlo todo una vez más.

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